Ocurrió allá por los tiempos de la guerra con nuestro hermano país, Chile, en que las valerosas mujeres de nuestro país pensaban en alguna cosa para ayudar a aquellos soldados que defendían nuestra patria. Se organizó una recolección y cada uno daba lo que podía, logrando juntar: maíz, alverjas, zanahorias, entre otros; infaltable por supuesto la papa.
De todo ello surgió la idea de crear un plato distinto o quizás nuevo a lo en ese entonces se conocía, que pueda ser vendido y que ayude a solventar el auxilio necesario. Se cocinó la papa, se prensó, se aderezó con ají, limón y aceite. Se logró una masa homogénea que pudo ser rellenada con ingredientes diversos.
El resultado se comercializó a través de las vendedoras Limeñas que la ofrecían "Por la Causa", por la causa limeña, naciendo así el delicioso plato que hoy asombra a muchos. Platillo que por su sencillez y variedad ha logrado sobrepasar las fronteras peruanas, haciéndose irresistible.
Nos trae a la memoria que no nace en vano el dicho popular "Más peruano que la papa". Así que como verán tenemos otro motivo más de estar orgullosos de nuestros orígenes y del fruto de, como dirían nuestros abuelos, una tierra bendita por Dios.
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